El presidente ejecutivo de Air Lease Corp, Steven Udvar-Hazy, ha señalado que Boeing podría enfrentar medidas regulatorias más severas si surgen más problemas de producción, haciendo referencia al incidente con una puerta sellada en un 737 MAX 9 de Alaska Airlines. Udvar-Hazy advierte que la FAA detendría la producción del 737 en caso de otro problema significativo, aunque minimiza la posibilidad de un problema sistémico, limitándolo a la planta de Renton en las afueras de Seattle.

Los investigadores examinan la posibilidad de pernos faltantes o mal colocados en el avión entregado apenas ocho semanas antes del incidente del 5 de enero, que resultó en una parcial inmovilización. La FAA ya ha limitado la producción del Boeing 737 a los niveles actuales en respuesta a la situación. Boeing y la FAA aún no han comentado al respecto.

En la conferencia Airline Economics en Dublín, Udvar-Hazy insta a Boeing a demostrar liderazgo en diseño aeronáutico, cuestionando la atención de la junta directiva sobre la próxima generación de aviones y culpando a Boeing por no enfocarse en innovaciones que mejoren la economía operativa.

El presidente estadounidense, Joe Biden, nuevamente amenazó con cerrar la frontera con México, causando preocupación y afectando la agenda migratoria. Biden expresó su disposición a cerrarla "ahora mismo" si el Congreso le enviaba un proyecto de ley para firmar, buscando destrabar un acuerdo fronterizo en el Congreso que desbloquearía recursos para Ucrania.

El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, insinuó que la propuesta estaría destinada al fracaso en su cámara. El acuerdo en negociación requeriría que Estados Unidos cierre la frontera si aproximadamente cinco mil migrantes cruzan sin autorización legal en un día determinado.

La amenaza de cierre ha generado tensiones políticas, con el expresidente Donald Trump presionando a los republicanos para poner fin a las negociaciones. Además, los republicanos presentaron artículos de juicio político contra el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, acusándolo de fallar en la gestión fronteriza.

Especialistas señalan que estas acciones son movimientos políticos en un año electoral, donde la inmigración sigue siendo una preocupación clave para los votantes estadounidenses. La amenaza de cierre plantea preocupaciones sobre la seguridad de los migrantes y la capacidad de los estados mexicanos fronterizos para hacer frente a un posible aumento de personas varadas en la región.

La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte anunció que la parte faltante del avión de Alaska Airlines, que voló en pleno vuelo, fue hallada en un patio trasero en Portland. Un maestro de escuela identificado como Bob contactó a la agencia después de encontrar el tapón de la puerta del fuselaje del Boeing 737 MAX 9 en su patio.

La búsqueda de la pieza se inició después de que el avión explotara después de despegar de Portland, provocando la inmovilización de ciertos aviones Boeing 737 MAX 9. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte había solicitado ayuda del público, y la pieza ahora proporcionará pistas cruciales sobre por qué se separó del avión.

El avión había experimentado problemas de presurización previos, con la luz de advertencia encendiéndose en días anteriores. La investigación se centra en determinar la relación entre estos problemas y el incidente. El vuelo, que llevaba 177 personas, aterrizó de manera segura después de la despresurización de la cabina, y no se reportaron heridos graves.

Las cancelaciones de vuelos continúan mientras se realizan inspecciones y la Administración Federal de Aviación ordena la inmovilización temporal de ciertos aviones Boeing 737 MAX 9. Boeing y Alaska Airlines colaboran en la investigación. La grabadora de voz de la cabina fue "completamente sobregrabada", complicando el análisis del incidente.

El hallazgo de la pieza es un paso importante en la investigación del incidente que ha generado preocupaciones sobre la seguridad de los aviones Boeing 737 MAX 9 y ha llevado a la suspensión temporal de vuelos. 

Tres inspectores de los Departamentos de Defensa y Estado, junto con representantes de la agencia USAID, arribaron a Ucrania para evaluar el manejo del material militar proporcionado por Washington, según informó la embajadora estadounidense, Bridget A. Brink. Se destacó la importancia de contribuir al "control y la responsabilidad" sobre la asistencia de Estados Unidos a Ucrania.

El programa de verificación conjunto, acordado en diciembre pasado entre ambos países, busca determinar el uso adecuado de armamento sensible suministrado a Ucrania, incluyendo misiles, lanzadores, drones y visores nocturnos. Este proceso implica verificar el número de serie, la condición técnica y las condiciones de almacenamiento de cada unidad de armamento.

Sin embargo, un informe oficial estadounidense reciente reveló la incapacidad de Washington para rastrear un armamento enviado a Ucrania por valor de mil millones de dólares. La falta de control sobre la ayuda destinada a Kiev se convierte en un argumento dentro del Partido Republicano para no aprobar una partida de más de 60 mil millones de dólares en apoyo a Ucrania, alegando preocupaciones sobre la utilización adecuada de los recursos.

Mientras tanto, el gobierno ucraniano espera la liberación de estos fondos para afrontar con garantías las tensiones con Rusia, subrayando la necesidad de la aprobación financiera para continuar enfrentando la situación.

En una visita a la frontera, los senadores estadounidenses Chris Van Hollen y Jeff Merkley expresaron su preocupación por las filas de cientos de camiones cargados de ayuda humanitaria que aguardan desde hace semanas en el paso fronterizo egipcio de Rafah para ingresar a Gaza. Un almacén cercano revela mercancías rechazadas por inspectores israelíes, desde equipos para analizar agua hasta kits médicos para partos.

Los senadores señalaron que el engorroso proceso, principalmente debido a las inspecciones israelíes, está obstaculizando la ayuda vital para la población palestina en el asediado territorio. Van Hollen y Merkley afirmaron que el sistema destinado a proteger las entregas de ayuda de las fuerzas israelíes está "totalmente roto".

Durante una sesión informativa en El Cairo, Merkley expresó su asombro al ver las filas de camiones retenidos que se extienden por kilómetros, describiendo la situación como alarmante. A pesar de las presiones de Estados Unidos, Israel ha limitado el flujo de alimentos, agua, combustible y medicinas hacia Gaza.

Aunque Israel abrió el paso fronterizo de Kerem Shalom hace tres semanas como segundo punto de entrada de ayuda, el flujo de camiones no ha aumentado significativamente. Datos de la ONU indican que esta semana ingresaron en promedio 120 camiones diarios por Rafah y Kerem Shalom, muy por debajo de los 500 camiones diarios previos a la guerra y por debajo de las necesidades según grupos de ayuda.

Además, Israel ha prohibido la entrada de suministros desde el inicio de su ofensiva contra Gaza hace tres meses, con el objetivo de debilitar a Hamás tras el ataque del 7 de octubre.