La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX) ha confirmado tras dictámenes antropológicos que los restos óseos encontrados en los límites de Tláhuac e Iztapalapa corresponden a animales, específicamente perros. Ulises Lara López, encargado de la institución, aseguró que el sitio no es una fosa clandestina ni un crematorio, desmintiendo las alegaciones iniciales.
Durante una conferencia conjunta con el titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), Pablo Vázquez Camacho, se informó sobre los avances en el caso que fue alertado por la madre buscadora Cecilia Flores. Las autoridades confirmaron que los restos no corresponden a personas, así como las cenizas encontradas tampoco son humanas, sino de origen animal.
A pesar de la ausencia de cámaras de videovigilancia en la zona, se continúa la investigación con la búsqueda de testigos. Mientras tanto, se mantiene un resguardo policial en un área de cinco hectáreas, con la participación de diversas instituciones, incluyendo la Policía de Investigación y la Secretaría de la Defensa Nacional.
Se destacó la ubicación de credenciales en la zona, como una credencial electoral y una credencial escolar, cuyos propietarios fueron localizados sanos y salvos. Las autoridades enfatizaron que se seguirá investigando respetando las labores de los colectivos de madres buscadoras.
Sin embargo, Ceci Flores, madre buscadora, acusó a las autoridades de intentar ocultar la realidad, expresando su desconfianza en la rápida confirmación de que se trataba de restos animales. El colectivo de Madres Buscadores de la Ciudad de México "Una luz en el camino" también cuestionó la versión oficial, indicando que no hay suficientes indicios para determinar la presencia de un crematorio o fosa clandestina.