La construcción del Tren Maya, la ambiciosa obra del presidente Andrés Manuel López Obrador, está provocando una destrucción ambiental que se extiende más allá de la península de Yucatán. En el estado de Veracruz, a unos mil kilómetros de distancia de la ruta del tren, la extracción de piedra basáltica para las vías amenaza la conservación de la reserva de la biósfera de Los Tuxtlas.
En el ejido de Balzapote, ubicado en la zona de amortiguamiento de la reserva, el gobierno federal ha autorizado el saqueo indiscriminado de miles de toneladas de balasto, poniendo en peligro el equilibrio de este ecosistema único en México. La reserva de Los Tuxtlas, protegida desde 1998, alberga una invaluable variedad de flora y fauna, convirtiéndola en un área natural de importancia primordial.
La extracción de piedra basáltica para el Tren Maya representa una amenaza significativa para la biodiversidad y la integridad ecológica de esta región, lo que subraya la necesidad de considerar cuidadosamente los impactos ambientales de grandes proyectos de infraestructura antes de su implementación. La preservación de los ecosistemas naturales debe ser una prioridad para el desarrollo sostenible de México.