Una serie de terremotos devastadores azotaron el oeste de Japón, cobrándose la vida de al menos 48 personas y dejando miles de edificios, vehículos y embarcaciones dañados. Las autoridades advirtieron a los residentes que se mantuvieran alejados de sus hogares ante el riesgo de más temblores de gran magnitud.

Las réplicas continúan afectando la prefectura de Ishikawa y áreas cercanas después de un terremoto de magnitud 7.6 que sacudió la región el lunes. Se confirmaron 48 muertes y 16 personas resultaron gravemente heridas, con daños significativos en viviendas que aún no se pueden cuantificar completamente.

Decenas de miles de hogares fueron destruidos, y los servicios de agua, electricidad y telefonía celular permanecen inoperantes en algunas zonas. Las imágenes de medios japoneses mostraron la magnitud de la destrucción, con casas colapsadas y vehículos volcados.

El ejército japonés desplegó mil soldados para unirse a las labores de rescate, mientras el primer ministro Fumio Kishida declaró que "salvar vidas es nuestra prioridad" y que están librando una batalla contra el tiempo. Los bomberos también enfrentaron un incendio en la ciudad de Wajima.

Aunque las plantas nucleares de la región funcionan con normalidad, las autoridades advirtieron sobre la posibilidad de más sismos importantes en los próximos días. Los afectados buscan refugio en auditorios y centros comunitarios, mientras que se restablece gradualmente el servicio de trenes y se evalúan los riesgos por las pronosticadas lluvias en la zona.

Japón, ubicado en el Cinturón de Fuego del Pacífico, experimenta frecuentes terremotos debido a su ubicación geográfica.