Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el cambio climático está exacerbando la crisis de biodiversidad en la Tierra. En la COP28 de la ONU en los Emiratos Árabes Unidos, se actualizó la Lista Roja de Especies Amenazadas, revelando que más de 44 mil especies enfrentan riesgo de extinción, un aumento de 2,000 desde el año anterior.

El salmón del Atlántico, antes no considerado en peligro, ahora está catalogado como casi amenazado. Su población disminuyó en un 25% entre 2006 y 2020 debido a desafíos como represas y contaminación del agua, agravados por el cambio climático que dificulta la búsqueda de alimento.

La tortuga verde del Pacífico y especies de peces de agua dulce también enfrentan peligros, como la subida del nivel del mar y la intrusión de agua salada río arriba. Las ranas y salamandras, particularmente vulnerables, muestran un aumento del 41% en amenazas.

A pesar de estas sombrías noticias, hay un atisbo de esperanza para dos especies de antílopes. El órice de cuernos en cimitarra, anteriormente extinto en estado silvestre, ahora está en peligro de extinción gracias a esfuerzos de reintroducción en Chad.

Grethel Aguilar, directora general de la UICN, enfatizó la necesidad de actuar para proteger la biodiversidad y abogó por la eliminación progresiva de los combustibles fósiles como medida crucial contra la amenaza del cambio climático.